Actividad 2.1
En esta primera actividad debemos narrar (a manera de novela o mediante imágenes) un relato acerca de un proyecto memorable en donde hayamos participado, que conozcamos o que nos gustaría realizar.En este caso voy a relatar un proyecto que he imaginado siempre y que me gustaría desarrollar o poner en práctica en algún centro escolar y se trata de los huertos escolares.
Se comienzan a ver los primeros rayos de sol en el horizonte y las gotas frías de rocío se deslizan por las pequeñas hojas de una lechuga que apenas está despertando. Al rededor de las 8 de la mañana, Juanito llega apuroso a su salón para lanzar la mochila en la silla y salir corriendo a darle los buenos días a sus plantas. Mientras el resto de sus compañeros arriba a la escuela, Juanito ya quito algunas malezas del huerto y abrió la llave del agua para formar pequeños arcoiris entre las gotas que salpican y los rayos del sol que descienden.
Pedro acaba de llegar a la escuela y su mochila ha encontrado el mismo paradero que la de Juanito. Saludando a su compañero que ha traído la pala comienzan juntos a descubrir esas pequeñas y frágiles ramitas de vida que se asoman de la semilla de un tomate que enterraron días atrás. En cuanto tengan buen tamaño podrán sacarlas del semillero y colocarlas en el lugar que tienen destinado para ellas: un pedazo de tierra que la manguera privilegia con un considerable chorro de agua y el cual es el primero en ver la luz del sol brillar.
Juanito y Pedro han aprendido de la profesora Rosita que las plantas necesitan mucha luz y agua para crecer, pero que también necesitan una pizca de cariño que las haga brotar. En unos meses más Juanito y Pedro podrán elaborar junto con sus compañeros una riquísima ensalada de lechugas y tomate para el almuerzo porque ahora ya saben que es parte de una dieta balanceada, muy necesaria para crecer sano.
El pequeño huerto a lado del salón de los niños de 3er grado de Primaria hace sentir celosos a los demás salones, pues siempre se respira una calma y un clima tan agradable cuando se está dentro que la iniciativa de la profesora Rosita está siendo contagiada a los demás docentes del centro. Y quizás pronto Juanito ya no sea el único en querer llegar temprano a la escuela, aunque sea para ver cuánto han crecido sus tomates.
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